ESCRIBO POR VENGANZA. ESCRIBO PARA LIBERARME. ESCRIBO PARA DESECHAR LO QUE ME HACE DAÑO. ESCRIBO PARA PENSAR QUE SOY OTRA PERSONA. ESCRIBO POR AMOR. ESCRIBO PARA SOPORTAR LA VIDA.
El verdadero Ace
Un día, las hadas, malévolas y traviesas, hicieron una apuesta con los hombres. Dijeron que si lograban crear historias mejores que la vida de ellas, se transformarían en horribles insectos; de lo contrario, ellos desaparecerían de la faz de la Tierra.
Hoy en día, los hombres siguen deambulando por las calles; mientras en los bosques, millones de mariposas revolotean entre los árboles.
Se cumplen veinte años desde que Hironobu Sakaguchi presentó el esbozo de un juego de roll al persidente de Square. La compañía estaba a punto de quebrar. Sakaguchi le puso el nombre de Final Fantasy porque pensó que sería su despedida de la industria de los videojuegos.
Las runas no dejaban de girar en el tablero al mismo tiempo que la chica de morado jugueteaba con su pañoleta. Nadie acepta su vida tan fácilmente sin buscar alguna opción que dé, por lo menos, algún pequeño indicio que ayude a mejorarla. Si fuera por nosotros, la rescribiríamos desde el principio desechando todos nuestros errores y dejando sólo los aciertos que, en casi la totalidad de las veces, descubrimos años después por no decir demasiado tarde.
La última runa dejó de girar y la chica de morado continuaba jugueteando con su pañoleta. -Llegaste demasiado tarde. Si me hubieras consultados años atrás...
La armónica me dio la oportunidad de retomar las vibraciones regulares, las cuales pueden tornarse en ideas propias, cuyos diversos temas pueden relacionarse entre sí hasta formar un todo. ¿Existe algún instrumento tan sencillo e insignificante que no sea capaz de inspirar el respeto que merece?
La única vez que lloré en una sala de cine fue cuando vi Mary Poppins, con la escena de la vendedora de bolsitas de dos céntimos de pan para alimentar a las palomas.
Hoy me enteré que la anciana actriz que interpretó este papel murió al poco tiempo, después de filmar.
Ahora comprendo la tristeza que provoca aunque los personajes estén sonriendo.
P.D. Mi personaje de La Mensajera de la Lluvia está inspirado en ella.
A veces leo y de vez en cuando escribo un poquito. Ah, y mi nombre es Mario Ramírez Monroy. No sé qué carajos le pasa a este blog que ya no puedo poner mi nombre aquí y firmar como Asilo Arkham.