asilo, asilo

asilo, asilo
ESCRIBO POR VENGANZA. ESCRIBO PARA LIBERARME. ESCRIBO PARA DESECHAR LO QUE ME HACE DAÑO. ESCRIBO PARA PENSAR QUE SOY OTRA PERSONA. ESCRIBO POR AMOR. ESCRIBO PARA SOPORTAR LA VIDA.

El verdadero Ace

El verdadero Ace
Un día, las hadas, malévolas y traviesas, hicieron una apuesta con los hombres. Dijeron que si lograban crear historias mejores que la vida de ellas, se transformarían en horribles insectos; de lo contrario, ellos desaparecerían de la faz de la Tierra.

Hoy en día, los hombres siguen deambulando por las calles; mientras en los bosques, millones de mariposas revolotean entre los árboles.

Las hadas cumplieron a medias.


Mario Ramírez Monroy


viernes, 16 de mayo de 2008

Un espectro que está desapareciendo


Los principios de la armonía (la formación de los acordes) nos lo da la naturaleza. Si tocamos la tecla de un piano, no sólo se escucha la nota pulsada, sino que aparecen un conjunto de sonidos, apenas perceptibles para el oído.

Por ejemplo: si tocamos una nota grave del piano y ponemos atención, escucharemos que aparecen sonidos ascendentes. Y si tocamos una nota aguda, los sonidos posteriores serán descendentes.


Este espectro sonoro se llama armónicos, y es el principio de la armonía porque el espectro ascendente forma acordes mayores y el descendente forma acordes menores, sin contar los acordes de sépitma. Pero eso no es lo importante ahora.


Con la llegada del formato MP3 se tuvo que reducir la información para hacer archivos muy pequeños, y con eso poder almacenar muchas más canciones en algún dispositivo. El problema es que tal reducción afectó a los armónicos, y ahora las canciones suenan con menos cuerpo que cuando las escuchábamos en acetatos o en CD.


Yo para nada estoy en contra de los MP3: tengo muchos discos con discografías completas, y son muy cómodas. Pero no sería mala idea poder escuchar, de vez en cuando, algúna grabación en LP, cassette o incluso en CD y comparar la calidad de sonido. En verdad los armónicos dan una atmósfera única, la que sería una pena omitirla para siempre.

domingo, 11 de mayo de 2008

De libros y películas

Ayer por fin pude ver La Orden del Fenix y La Brújula Dorada. También, como siempre, hice uno que otro coraje.

Ya no es ninguna sorpresa todo lo que le mutilan a las versiones de Harry Potter debido a la adaptación, ni tampoco los cambios que le hacen para facilitar la historia. Sin embargo, muchos de esos cambios no me gustaron.


En primera, nunca se sabe que la profecía la dijo la profesora Sibbyl Trelawney (me recuerda El Prisionero de Azkaban con el Mapa del Merodeador). Tampoco me pareció nada lógico que pusieran a Cho Chang como la traidora. La fuga de los gemelos Weasley fue bastante simple.

Pero lo que a mí más me enojó fue que, como las escenas son tan rápidas, el recuerdo de Snape sólo dura unos segundos, y no se entiende bien; le hubieran dado por lo menos un minuto. Tampoco se remarca que los padres de Neville están en el sanatorio San Mungo por haber perdido la razón.

Otros cambios sí me parecieron buenos: cuando Harry entra en la mente de Snape en la clase de Oclumancia (tal vez esto lo utilicen en la séptima), y que Kreacher no sea el responsable de la muerte de Sirius; lo mismo que el ataque de Arthur Weasley haya sido real. Así agilizan los argumentos. Aunque, repito, lo de Cho Chang me sigue pareciendo sin lógica; ya sé que ellos tenían que terminar, pero...

Un gran acierto fue que le dieron importancia al entrañable personaje de Luna Lovegood. Me gustó mucho que pusieron la escena final donde Harry la encuentra colocando anuncios de objetos perdidos.

En cuanto a La Brújula Dorada, Pablo ya lo dijo todo en su blog, y tiene razón.


Como diría Verónica Murguía: "Sólo voy al cine para hacer corajes". Esperemos que las películas despierten el apetito de las personas para conocer la versión del libro.

Jam para una madre suicida


Nadie sabe cuando algo aparentemente frívolo pueda salvarnos la vida.

Hace algún tiempo, vi un programa donde hablaban sobre los más grandes fanáticos de los artistas, en VH1. Estuve a punto de cambiarle, pero me llamó la atención el caso que estaban presentando. Una señora de 54 años había perdido a su hijo en un accidente. Por supuesto, la señora estaba devastada. Después de dos meses de depresión (y quien ha sufrido depresión sabe de lo que estoy hablando), la señora estaba decidida a quitarse la vida.

Ella esperaba quedarse sola para suicidarse, pero su esposo y sus otros hijos la invitaron a salir a un bar, cerca de su casa. Después de mucho insistir, la señora accedió, pensando que tan sólo pospondría el día de su suicidio.

Pero, cuando llegaron al bar, algo pasó. Estaba sonando una canción y todos los jóvenes estaban bailando y riendo. La señora dijo: "Fue la primera manifestación de alegría que experimenté desde que mi hijo murió ". Entonces, la idea del suicidio fue eliminada de su mente, y todo por una canción. Dicha canción es "Jam" de Michael Jackson. Por supuesto, no la conozco, no soy seguidor de Michael Jackson; sin embargo, es una maravilla lo que una simple canción puede hacer.

Después de eso, la señora cambió su carrera, y ahora se dedica a hacer páginas web. Y la primera página que cambió el diseño fue a la de Michael Jackson.

Se vale que no nos gusten determinados géneros y determinados artistas, pero tampoco podemos negar los misterios de dichas manifestaciones artísticas. Nunca sabemos cuando algo va a hacer contacto con nosotros, ni cuánto afectará nuestras vidas, sin importar lo frívolo que pueda parecer.

sábado, 3 de mayo de 2008

Dos de Nina

El Gran Arkham está de muy buen humor y quiere regalarles dos canciones de Nina Hagen. Hasta donde busqué, éstas no se encuentran ni en los videos de You Tube, así que será interesante para los que no conocen el trabajo de esta diosa. Clíckenle aquí y aquí.
Si hay algún problema con la descarga, me lo dicen, ya que mi computadora me ha estado dando un poco de lata, y a lo mejor no subieron bien.

Un cofre lleno de sorpresas


Anoche fui al concierto de Nightwish, en el Salón Vive Cuervo, antes Salón 21. Me atrevo a decir que la mayoría teníamos la curiosidad de ver a Anette Olzon en acción. Y por fortuna nos dio una grata sorpresa.

Yo tenía sentimientos encontrados porque nunca pude ver a Tarja en concierto; aunque eso ya no tiene vuelta de hoja.


En fin, comencemos. No quise ser de los primeros en formarme porque, como lo esperaba, a diferencia de los conciertos que acostumbro asistir, la mayoría era gente muy joven: veinteañeros y adolescentes. Por eso decidí quedarme en las orillas del salón; cosa de la que después me arrepentí.


Con algunos minutos de retraso, el grupo salió a escena, junto con los gritos de las chavas cuando apareció Tuomas y Marco. Empezaron los acordes de "Bye, Bye beautiful" (dedicada a Tarja) y apareció Anette, junto con el grito de todo el público. Desde el principio, se vio la aceptación de la gente por la nueva cantante. Pero esto apenas empezaba.


La segunda canción fue nada menos que "Dark Chest of Wonders", del
Once. A pesar de la mala sonorización del lugar (casi siempre suenan mal los grupos ahí), Anette nos sorprendió. Cantó con una potencia, alcanzando la mayoría de las notas agudas; las más altas las cambió de tono por no tener la tesitura de Tarja, pero eso fue lo de menos: Anette se entregó como una gran cantante de rock, haciéndonos aplaudir a rabiar cuando terminó la rola. Con esa segunda rola, se había ganado la admiración del público.

Continuaron "
Whoever brings the Night", "The Siren", y "Amaranth", mismo espacio que yo aproveché para adentrarme en la pista y buscar un lugar mejor.

Después, según pude ver, sólo quedaron en el escenario Marco y Emppu, ambos con guitarra para dar paso a los primeros acordes de
"The Islander". Y entonces, Anette salió portando un sombrero de charro, lo que emocionó al público.

Al integrarse el grupo completo, se empezó a escuchar el principio de una rolísima, también del último disco
Dark Passion Play . Se me erizó la piel con la primeras notas de "The Poet and the Pendulum". Simplemente grandiosa. Anette cantó la parte que le corresponde a la voz del niño, haciéndola una buena versión.

Marco tomó el micrófono para cantar, junto con Anette, "Dead to the World", prendiéndonos a todos. Al terminar, Anette descansó para que Marco cantara la canción, que también forma parte del soundtrack de la película LIEKKSA, "When yours Lips are Still Red". A mí, particularmente, me encanta. (Y esta rola está en el demo de Amaranth, junto con las versiones sinfónicas de "Amaranth" y "Eva"; además de la versión de "Eva" cantada por Marco, lo mismo que "Amaranth", aunque ahí se llama "Reach".)

Luego siguió una canción que no alcancé a identificar bien. Es una del disco
Dark Passion Play, pero como son de las que no me gustan mucho, repito, no la reconocí. Creo que era "Sahara" (si alguien fue al concierto y lo que escribí es un error, ojalá me corrija por favor). Pero lo importante fue que, delante de mí, estaba un señor de pelo blanco junto a su esposa. Este señor se prendió mucho con la rola; se veía que era un seguidor de Nightwish. En ese momento, recordé las palabras que dijo Saúl Hernandez en un programa de televisión: "Para esto [el rock] no hay edad". Y eso es verdad.

Y entonces, el grupo se despidió. ¡Cómo!, me pregunté, ¿tan poco show? Es obvio que los grupos siempre regresan, pero, de todas maneras, era muy poco tiempo, pocas canciones. En el inter, antes de que el grupo volviera a salir, se escucharon algunos chiflidos de cinco notas. Yo no chiflé, pero sí me sacó de onda tan poco show. Faltaba ver cuántas canciones más tocarían.

De nuevo el griterío de las chavas cuando salió Tuomas. Y le tocó el turno a una rola que prendió al respetable: "Nemo". El señor del pelo blanco estaba muy feliz, gritando y moviendo la cabeza como debe ser. La misma tónica siguió cuando tocaron "7 Days of the Wolf". Y más creció la prendidez con "Wishmaster".

Ninguno quería que terminara "Wish I Had a Angel" porque sabíamos que era la última. Sí: fue un show muy corto, pero grandioso. Si de por sí los seguidores ya había aceptado a Anette, con este concierto terminaron amándola, y eso se notó cuando se acercó a todos los rincones de escenario para agradecer.


A pesar de que hubiera dado lo que fuera con tal de haber visto a
Nightwish con Tarja Turunen, nunca olvidaré este concierto, ni todo lo que vi, sentí y aprendí. Sólo puedo agregar que este Nightwish sí me gusta.

Espero escribirlo bien: Kidos, Nightwish.

Este
post se lo dedico a Aris y Nazgwen del Witch Network; lo mismo que a mi psiquiatra, el loco doctor Saracco.