
Cierto día, nuestros héroes, Yerbaldo, Chemito y Grifolín estaban sentados en la banqueta, tristes por no tener dinero para su dosis diaria. De repente, la quietud se vio interrumpida cuando apareció el "Tío Ogro", un fumador de hierba, de muy mal carácter. Chemito, el más idiota de los tres, se atrevió a pedirle una hoja de su periódico que llevaba bajo el brazo, para hacerse unos cigarritos no contaminantes. El "Tío Ogro" se negó rotundamente argumentando que las hojas de cigarros serían para él. Entonces, Chemito le lanzó su bote de activo a la cabeza, Yerbaldo lo jaló de las barbas al suelo, y Grifolín le dio una patada en la cara. Le quitaron el poco sueldo que traía, compraron a duras penas su dosis diaria y fueron felices por el resto de día.
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