Ayer por fin pude ver La Orden del Fenix y La Brújula Dorada. También, como siempre, hice uno que otro coraje.
Ya no es ninguna sorpresa todo lo que le mutilan a las versiones de Harry Potter debido a la adaptación, ni tampoco los cambios que le hacen para facilitar la historia. Sin embargo, muchos de esos cambios no me gustaron.
En primera, nunca se sabe que la profecía la dijo la profesora Sibbyl Trelawney (me recuerda El Prisionero de Azkaban con el Mapa del Merodeador). Tampoco me pareció nada lógico que pusieran a Cho Chang como la traidora. La fuga de los gemelos Weasley fue bastante simple.
Pero lo que a mí más me enojó fue que, como las escenas son tan rápidas, el recuerdo de Snape sólo dura unos segundos, y no se entiende bien; le hubieran dado por lo menos un minuto. Tampoco se remarca que los padres de Neville están en el sanatorio San Mungo por haber perdido la razón.
Otros cambios sí me parecieron buenos: cuando Harry entra en la mente de Snape en la clase de Oclumancia (tal vez esto lo utilicen en la séptima), y que Kreacher no sea el responsable de la muerte de Sirius; lo mismo que el ataque de Arthur Weasley haya sido real. Así agilizan los argumentos. Aunque, repito, lo de Cho Chang me sigue pareciendo sin lógica; ya sé que ellos tenían que terminar, pero...
Un gran acierto fue que le dieron importancia al entrañable personaje de Luna Lovegood. Me gustó mucho que pusieron la escena final donde Harry la encuentra colocando anuncios de objetos perdidos.
En cuanto a La Brújula Dorada, Pablo ya lo dijo todo en su blog, y tiene razón.
Como diría Verónica Murguía: "Sólo voy al cine para hacer corajes". Esperemos que las películas despierten el apetito de las personas para conocer la versión del libro.
Aerovitrales
Hace 2 días.
2 comentarios:
Hombre, gracias
pst pst...te sigo leyendo =D
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