



Y me acordé de él porque, precisamente, el concierto terminó con Santificado sea Tu Nombre, "Hallowed be thy name". Así que por eso el concierto fue un desfile de sensaciones y gratos recuerdos. También para confirmar que los Maidens siguen siendo los Maidens, los Dioses. La frase "El heavy metal no está muerto" no es una frase: es una realidad.

Sólo resta decir que queremos Maiden para rato, por mucho más rato. Santificado sea por siempre Tu Nombre, Iron Maiden.

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