asilo, asilo

asilo, asilo
ESCRIBO POR VENGANZA. ESCRIBO PARA LIBERARME. ESCRIBO PARA DESECHAR LO QUE ME HACE DAÑO. ESCRIBO PARA PENSAR QUE SOY OTRA PERSONA. ESCRIBO POR AMOR. ESCRIBO PARA SOPORTAR LA VIDA.

El verdadero Ace

El verdadero Ace
Un día, las hadas, malévolas y traviesas, hicieron una apuesta con los hombres. Dijeron que si lograban crear historias mejores que la vida de ellas, se transformarían en horribles insectos; de lo contrario, ellos desaparecerían de la faz de la Tierra.

Hoy en día, los hombres siguen deambulando por las calles; mientras en los bosques, millones de mariposas revolotean entre los árboles.

Las hadas cumplieron a medias.


Mario Ramírez Monroy


viernes, 26 de septiembre de 2008

¡No me lo van a creer!, pero así pasó


Me estaba echando unos churros con chocolate en la churrería El Moro cuando entró un rocker, el mismo de la vez pasada, el del disco de Kuman. Se sentó, pidió sus churros, y ¡volvió a dejar varios discos sobre la mesa, y encima estaba el de Kuman!

Por mi mente pasaron muchas cosas; entre ellas pensé que, tal vez, ese disco era un tipo de amuleto. Y entonces pensé: si siempre lo va a seguir cargando vaya a donde vaya, ¿por qué mejor no se compró un cassette? Me causó mucha gracia y me empecé a reír. De pronto, el rocker me miró, se levantó y se acercó a mi mesa.

-Disculpa -preguntó-, ¿de casualidad tú no tocabas en Valhalla?

Menuda sorpresa me llevé: Valhalla fue mi segundo grupo donde toqué. Yo estuve en la primera agrupación, antes de que me corrieran.

-Sí -respondí.

El rocker se emocionó. Dijo que había visto al grupo varias veces, y que le gustaba mucho cómo tocaba. Y luego se sorprendió cuando vio que ya tenían a otro guitarrista, pero me aseguró que para nada se comparaba conmigo. La verdad, me emocioné. Luego me preguntó:

-Oye, siempre tuve una duda. ¿También tocaste con la Divina Comedia?

¡Qué alucine! La Divina Comedia fue mi primer grupo, y yo formé parte de las últimas agrupaciones, antes de que se desintegrara. Despúes de decirle que sí, le pregunté si había visto tocar a Arkham. Y me respondió que no O_o ¡Jua! En Arkham yo toqué mucho más del doble de conciertos que en Divina Comedia y Valhalla juntos.

Luego me preguntó que en dónde estaba tocando ahora. Le respondí que ya no tocaba, que había dejado la música. Me preguntó la razón. Le dije que, aunque sonara tonto y hasta frívolo, yo quería ser famoso, y como pasaron los años y no lo fui, pues, simplemente lo dejé.

-Y, ¿qué estás haciendo ahora, brother? -preguntó.

-Pues, estoy pretendiendo ser escritor -respondí.

El rocker se quedo un rato pensativo.

-Y, ¿también quieres ser famoso escribiendo? -preguntó al fin.

Le respondí que no, esta vez no. Aunque tampoco le negué mi deseo de que alguna vez me llegaran a publicar, y de que uno que otro leyera mis trabajos, pero ya no me interesaba ni era mi prioridad ser un escritor conocido. El rocker se quedó otro momento pensativo.

-Bueno -dijo-, al menos tocabas bien chingón. Yo también tuve mi banda, pero la neta salí pendejón. Oye, ¿me podrías da un autógrafo?

Yo acepté con gusto. Hace muchos años que no daba un autógrafo. El rocker se puso a buscar en su morral, pero al final fue por sus discos y me acercó el de Kuman.

-Fírmame aquí -dijo-. Al fin que la ocasión lo amerita.

Me dio risa. Por supuesto que planté mi firma muy grande encima de la foto de Ícar Smith, como diciendo yo soy mejor que tú. Y no van a creer lo que me dijo el rocker.

-Lástima que ya no toques: eras mil veces mejor que el Ícar. Bueno, brother, ya me voy. Me cai que fue un honor haberte encontrado por acá. Chido -y me hizo la señal de cuernos.

Se despidió y se fue dejando sus churros y chocolate a medio terminar, mirando su disco.

Yo me quedé en medio de un mar de sensaciones, recordando mis días en la Escuela Superior de Música, en que nunca me aceptaron en la Escuela Nacional de Música, en los conciertos, en la gente que le gustaba cómo tocaba, en los aciertos; en mi amargura, frustaciones y mal humor que casi siempre me acompañaron, lo que mucho influyó para que dejara la música.

Y pensar que estuve a punto de no entrar a El Moro: otra vez estoy hecho un puerco y tengo que bajar muchos kilos, pero sucumbí a la tentación y entré, y por eso pude disfrutar de esta experiencia. En el post del concierto de Scorpions ya había dicho que el mes de septiembre es un mes de cambios, donde se cierran y abren ciclos, y a lo mejor esto pudo haber sido uno.

Mientras me comía mi último churro, acompañado de un traguito de chocolate, repentinamente recordé algo. Nunca se me ocurrió preguntarle por qué carajos carga siempre el disco de Kuman.

3 comentarios:

pispiration dijo...

Guau, felicidades.

Vas por buen camino con lo de la escribida.

Anónimo dijo...

¡Qué episodio tan extraño, Mario...! Qué maravilla. Y qué buena está la crónica.

Gracias por el baticomentario, además. Suerte y seguimos en contacto.

MARY dijo...

K GUAY!!!!ME ENCANTAN LOS ROQUEROS Y LOS ESCRITORES ;D YO LO POCO QUE HAGO ES TOCAR EL PIANO PARA MI PADRE...POR CIERTO ME ALEGRO QUE TE VENGA BIEN ESA INFORMACIÓN,LA PUSÉ PORQUE ME GUSTA EL TEMA Y PORQUE MIS HISTORIAS SON UN LIO PSICOANALITICO JE JE
BSS