asilo, asilo

asilo, asilo
ESCRIBO POR VENGANZA. ESCRIBO PARA LIBERARME. ESCRIBO PARA DESECHAR LO QUE ME HACE DAÑO. ESCRIBO PARA PENSAR QUE SOY OTRA PERSONA. ESCRIBO POR AMOR. ESCRIBO PARA SOPORTAR LA VIDA.

El verdadero Ace

El verdadero Ace
Un día, las hadas, malévolas y traviesas, hicieron una apuesta con los hombres. Dijeron que si lograban crear historias mejores que la vida de ellas, se transformarían en horribles insectos; de lo contrario, ellos desaparecerían de la faz de la Tierra.

Hoy en día, los hombres siguen deambulando por las calles; mientras en los bosques, millones de mariposas revolotean entre los árboles.

Las hadas cumplieron a medias.


Mario Ramírez Monroy


jueves, 3 de abril de 2008

Maestro Jaime Casillas


Me acabo de enterar de la muerte de Jaime Casillas. No sé qué palabras usar porque soy muy torpe para expresar mis sentimientos, pero Jaime siempre fue una inspiración para todos sus alumnos. Cada clase era un deleite, una manera de gozar el arte, de llenarse de la energía que desprendía Jaime, misma que nos motivaba a no bajar la guardia y seguir escribiendo.

Jaime siempre se emocionaba cuando alguien escribía algo, en verdad su rostro reflejaba esa emoción. Jaime era más que un maestro.

Recuerdo su emoción cuando se despidió de nosotros el último día de clase. También recuerdo su emoción la noche de la entrega del diploma. Ahora recuerdo que él me tomó muy fuerte del brazo, cuando nos tomaron la foto con todo el grupo. Él estaba muy feliz por vernos terminar el diplomado.

Curiosamente, en el post anterior me acordé de una de sus frases: "Nunca desprecien ningún género." Y así quiero recordarlo siempre, a uno de los mejores maestros que he conocido.

Su entusiasmo siempre será parte importante de nuestro aprendizaje no sólo para el arte, sino para la vida.

Gracias, maestro Jaime Casillas, por el regalo que nos dejó.