asilo, asilo

asilo, asilo
ESCRIBO POR VENGANZA. ESCRIBO PARA LIBERARME. ESCRIBO PARA DESECHAR LO QUE ME HACE DAÑO. ESCRIBO PARA PENSAR QUE SOY OTRA PERSONA. ESCRIBO POR AMOR. ESCRIBO PARA SOPORTAR LA VIDA.

El verdadero Ace

El verdadero Ace
Un día, las hadas, malévolas y traviesas, hicieron una apuesta con los hombres. Dijeron que si lograban crear historias mejores que la vida de ellas, se transformarían en horribles insectos; de lo contrario, ellos desaparecerían de la faz de la Tierra.

Hoy en día, los hombres siguen deambulando por las calles; mientras en los bosques, millones de mariposas revolotean entre los árboles.

Las hadas cumplieron a medias.


Mario Ramírez Monroy


martes, 27 de noviembre de 2007

Kevin Dubrow


Kevin Dubrow, vocalista de Quiet Riot, murió el domingo 25 de noviembre. Tenía 52 años. Entre mis antigüedades, aún conservo mis viejos cassettes, y en ellos está uno de Quiet Riot. Nunca fue uno de mis grupos favoritos, pero conservo ese cassette porque fue un regalo de mi hermano.

No obstante, la muerte de Kevin Dubrow me removió muchos recuerdos. A pesar de que nunca lo consideré un gran grupo de rock, hay que reconocer que Quiet Riot fue uno de los primeros que vinieron a México al menos para promocionarse. También fue el primero que salió en el asqueroso programa de Raúl Velasco y en otro llamado XE TÚ, a pesar de toda la censura que existía por aquellos días.

Antes de que Quiet Riot se volviera famoso, tenían en la guitarra a un virtuoso llamado Randy Rhoads, uno de los músicos que más influyeron en mí cuando empezaba a aprender a tocar. Randy murió muy joven, a los 24 años, en un accidente de avión. Pero esa es otra historia.

He pensado en todos los músicos de rock que han muerto. No quiero saber quién será el siguiente.

A pesar de todo, el grupo del escándalo silencioso fue uno de los pocos que mantuvieron su espíritu rockero y le fueron fieles al heavy metal, sin traicionarse a sí mismos modificando su estilo o tocando otro género tan sólo por "encajar" en lo que exigía el mundo del espectáculo; al menos eso fue lo que comprobé cuando escuché su último disco por allá, por los noventas. Eso es algo digno de admirar y, sobre todo, de respetarse

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